EDUARDO CHILLIDA
San Sebastián, 1924-2002
Escultor y grabador español. Junto a Jorge Oteiza, es el escultor vasco más destacado del siglo XX, continuador de la tradición de Julio González y Pablo Picasso. Tras abandonar sus estudios de arquitectura, recibió clases de dibujo y empezó a esculpir en hierro.
En 1948, se trasladó a París donde trabó amistad con Palazuelo y comenzó a modelar obras figurativas, en terracota, temática que abandonó pronto para, a partir de 1950, concentrarse en la abstracción. En sus comienzos utilizó preferentemente el hierro y la madera, e introdujo posteriormente otros materiales como el hormigón, el acero e incluso el alabastro, que le interesaba por sus cualidades lumínicas. A partir de 1970, Chillida observa la naturaleza y busca en ella la inspiración para sus formas. Desde la década de los 80 se ha especializado en la instalación de piezas de grandes dimensiones, que se integran en espacios urbanos o en inmensos espacios naturales abiertos, y que contraponen armónicamente la masa y el vacío, caracterizándose por una sencilla geometría en la que las superficies rugosas o pulimentadas alternan dinamismo con estaticidad. En su faceta de grabador, procedente de su interés continuado por la obra sobre papel, a la que ha conferido en ocasiones volumetrías propias de la escultura, destacan las estampas realizadas para el poemario de Jorge Guillén o las que hizo para la obra del filósofo Martin Heidegger.
Ahora gran parte de su obra puede disfrutarse en el “Chillida Leku”, un museo a la medida de sus creaciones, al aire libre, en un paisaje privilegiado donde obra y medio se integran a la perfección.
Posee el Premio de las Artes de Francia y el Premio Príncipe de Asturias.
Su obra puede verse en galerías de todo el mundo, en diferentes ferias y en distintas colecciones, tanto públicas como privadas: Centro Nacional Georges Pompidou (París-Francia), Kunstmuseum (Basel-Suiza), Carnegie Institute of Technology (Pittsburg-USA), Museo Centro Nacional Reina Sofía (Madrid), etc.